Ahora que no nos oye nadie a estas horas, os voy a contar una anécdota.
Hace unos años estuve de viaje por Europa con unos amigos. A mí me gusta la música clásica pero no tengo mucho oído, vamos que no distingo si El Canon in D de Patchbel lo dirige Von Karajan o mi primo el del pueblo. Bueno, pues uno de mis amigos es un melómano de los de verdad, de los que saben TODO de la música clásica y encima tienen un oído que escucharía el pedo de un mosquito...
El caso es que estábamos en Amsterdam y nos fuimos de juerga por la noche y nos pusimos hasta el culo de todo, pero de todo todo... Al día siguiente mi amigo se empeñó en comprar unas entradas para un concierto de música clásica. Le mandé al carajo y me volví a la cama. Dos días y dos resacas más después, nos vino con dos entradas para el Real Concertgebouw de Amsterdam, según él, la sala de conciertos mejor del mundo. Todos los colegas pasaron de él, pero a mí me convenció y me fui con él a oir el concierto de los cojones. A la salida nos fuimos a cenar a un sitio bastante elegante y él no hacía más que hablar y hablar del coño del Concertgebouw aquel, que era un sitio precioso pero bastante pomposo, como muy de ricos. Que si la acústica era magnífica, que si la reverberación era apenas existente... Al final me preguntó y yo, pobre de mí, le contesté, "pues qué quieres que te diga yo no he notado mucha diferencia con el
Auditorio Nacional de Madrid."
Me miró como si me hubiera cagado en su padre y me dijo:
"No se hizo la miel para la boca del asno."
Y probablemente tenía razón, yo no fui capaz de encontrar diferencias entre las salas de conciertos porque mi capacidad melómana no daba para más.
Pues con los juegos pasa igual, algunos que preferimos que nos cuenten una buena historia no tenemos la capacidad de encontrarle la gracia a los juegos que no tienen un buen guión y son solo para fap fap, y a los que no les gusta leer ni la etiqueda de la caja de las aspirinas no saben valorar un juego con una buena historia porque no tienen tampoco la capacidad de valorarlos.
Finalmente, os diré que más tarde supe que el Real Concertgebouw de Amsterdam está considerado uno de los tres mejores sitios del mundo para oír música clásica y que lo de "No se hizo la miel para la boca del asno" es una cita de El Quijote de Don Miguel de Cervantes Saavedra que se ha convertido en un refrán típico español.
Y creo que hasta este punto de mi anécdota no van a llegar ni media docena de foreros... Mis disculpas por aburrir, pero es que a estas horas el que estaba hasta los cojones de traducir del español al inglés y más aburrido que una ostra, era yo.